Una lección de papiroflexia enviada por David Prat.
El uso de las tijeras, considerado como algo excepcional, es totalmente indispensable en este caso.
A pesar de su sencillez de construcción, es verdaderamente increíble la belleza del conejo.
A pesar de su sencillez de construcción, es verdaderamente increíble la belleza del conejo.
Con
un papel cuadrado realizar dos pliegues, de modo que los estemos
inferiores de la hoja (A,B) puedan coincidir perfectamente en la
diagonal vertical (C).
Bajar la orejilla superior sobre los pliegues.
Vuelve a desplegar las partes y pliega, esta vez, únicamente la orejilla.
Realizar un doblez en la oreja acabada de bajar -fijarse en la línea de puntos de la figura-.
Aunque el artista puede actuar como considere oportuno, es preferible hacer esta doblez equidistante entre el centro (B) y el borde superior (A).
A continuación vuelve a plegar los extremos (C y D) sobre esta orejilla doblada.
Realizar un doblez en la oreja acabada de bajar -fijarse en la línea de puntos de la figura-.
Aunque el artista puede actuar como considere oportuno, es preferible hacer esta doblez equidistante entre el centro (B) y el borde superior (A).
A continuación vuelve a plegar los extremos (C y D) sobre esta orejilla doblada.
Después, doblar hacia abajo, las dos mitades hasta que coincidan sus vertices (A y B).
Con
la figura doblada en dos, doblar los vertices hacia arriba y hacia
abajo hasta obtener un pliegue marcado -mirar la figura adjunta-.
El artista deberá buscar la posición preferida del pliegue.
El artista deberá buscar la posición preferida del pliegue.
Ahora,
guiándonos con los pliegues antes formados, se doblará la punta (A)
hacia arriba, ejerciendo una ligera presión con los dedos.
Se realizará la misma operación con el lado opuesto (B), del que se obtendrá la colita.
Obtendremos un resultado parecido al que aparece en la foto.
Se realizará la misma operación con el lado opuesto (B), del que se obtendrá la colita.
Obtendremos un resultado parecido al que aparece en la foto.
Con
la ayuda de unas tijeras cortar el vertice (A, en la figura anterior)
en el sentido longitudinal, a lo largo del canto central para dividir
esta pestaña en dos mitades.
De imprevisto aparece el conejo con sus largas orejas.
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