La nueva llegada es acogida con cierto recelo por las otras elefantas, especialmente cuando el pequeño cachorro estornuda y sus enormes orejas quedan expuestas. Es cuando comienza el sarcasmo y la condena de los otros elefantes que dicen que el bebé tiene que ser llamado “Dumbo”," no “Jumbo”, pues sus orejas solamente motivan a la burla.
Cuando pasan los días, y a pesar de la bondad y compañerismo de Dumbo, el pequeño elefante se siente burlado por la mayoría de sus compañeros. La madre de Dumbo les grita por su crueldad, y la violencia llega a un punto en que la madre elefante ha de ser dominada, siendo marcada con hierro como si fuera una elefanta salvaje y encadenada en una de las jaulas del circo dejando a su pequeño Dumbo solo y acongojado. La tristeza de Dumbo es disipada por un nuevo amigo, Timothy, un espabilado ratón del circo, quien igualmente se irrita y preocupa cuando al pobre elefante le ponen a trabajar en un acto donde hace el payaso, y tiene que tirarse desde gran altura para hacer reír a los espectadores.
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